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Como tener 10.000.000 a los 54 años


Aunque lo parezca por el título, éste no es un artículo con consejos sobre cómo hacerse rico rápidamente, jubilarse pronto o cómo ganar a la lotería. Y es que Ford celebra estos días un aniversario muy especial; la producción ininterrumpida del Mustang desde 1964 y a la vez la fabricación de la unidad diez millones en sus cincuenta y cuatro años de vida.
El afortunado en salir de la fábrica de Flat Rock en Michigan es un 2019 GT V8 5.0 l manual de 6 velocidades, con motor de 460 caballos de potencia, descapotable y en color blanco Wimbledon. También en junio de 2015 se celebró en estas mismas instalaciones la producción del Mustang un millón desde que comenzará a fabricarse allí más de nueve años antes.
Si el camino se construye paso a paso, ésta es la historia de dos Mustangs que están siendo una parte especial de estas celebraciones.

El primer Mustang fabricado
Si hoy podemos celebrar el Mustang diez millones es porque antes existió el primero que inició la serie (VIN 5F08F100001). Se trata de un 1964 ½ V8 4.2 l automático de 164 caballos de potencia y 3 velocidades, también descapotable y en color blanco Wimbledon, que salió desde la fábrica de Dearborn en Michigan.
El primer Mustang perteneció al canadiense Stanley Tucker capitán de aviación y piloto de líneas regulares, quien realizó el pedido tres días antes del 17 de abril de 1964 cuando se iniciase oficialmente la venta del vehículo. Tuvo el vehículo durante dos años.
Ford sorprendido por el éxito del modelo y consciente del impacto que tendría a futuro, quiso recuperar esta unidad y contactó con el capitán Tucker. En un primer intento, a través del concesionario Ford de George Parson en San Juan de Terranova, Canadá, donde lo adquirió. Por aquel entonces Tucker no tenía intenciones de deshacerse del vehículo; había conducido su Mustang durante más de 10.000 millas en todo tipo de clima y sin ningún problema.
Fue precisamente con motivo de la celebración de la fabricación del Mustang un millón (un millón de unidades fabricadas en tan sólo un año, once meses y veinticuatro días) cuando Ford volvió a contactar con Tucker, a quien le ofrecieron cambiar su vehículo por cualquier tipo de Mustang que él deseara y con el máximo de equipamiento. No obstante, posó con la unidad original y la unidad un millón, igualmente descapotable y en blanco Wimbledon, durante la celebración del evento en la fábrica de Dearborn, el 2 de marzo de 1966.
Su nuevo vehículo (la unidad 1.000.001) finalmente fue un 1966 plateado con el interior negro, que acabaría repintando en dorado antes de venderlo en Montreal en 1971. Mientras tanto, el primer Mustang descansa en el museo Henry Ford y reaparece en ocasiones especiales como este aniversario todavía con su matrícula de la Isla de Terranova.

El primer Mustang vendido
La historia de Gail Wise y su marido Tom es sin duda la historia de un sueño. En 1964 Gail acababa de terminar Magisterio en Chicago, tenía veintidós años, acababa de conseguir trabajo como maestra y necesitaba un transporte para ir al colegio: quería comprar un descapotable.
Gail se acercó al concesionario Johnson de Chicago, pero no tenían ninguno expuesto al público. El vendedor le dijo que tenía algo especial en la parte de atrás que quería enseñarle.  Era el 15 de abril de 1964 y en la trastienda se encontraban dos coches cubiertos por una lona; uno de ellos era un nuevo Mustang 1964 ½ descapotable automático en color azul cielo claro. Fue un flechazo a primera vista.
Con la ayuda de sus padres compró su Mustang dos días antes de su presentación oficial en la Feria Mundial de Nueva York por 3.400 dólares. Desde el día de su estreno el coche levantaba la admiración; nunca nadie había visto ni oído algo semejante, tan novedoso y revolucionario; incluso la policía le paraba para verlo de cerca.
A mitad de los años setenta su marido Tom comenzó a conducirlo diariamente hasta que en 1979 tuvo algún problema con la carburación y el coche acabó en el garaje. Pasó veintisiete años guardado; incluso la propia Gail le dijo en más de una ocasión que ocupaba espacio en el garaje y que lo vendiera. Tom en lugar de venderlo construyó un anexo al garaje para disponer de más espacio y poder mantener el coche, con el sueño de que algún día cuando se jubilara podría hacerlo funcionar de nuevo. Ya en 2006 decidieron restaurarlo.
Hoy en día siguen siendo los primeros y únicos dueños de un Mustang en perfectas condiciones; el primer Mustang vendido.
Foto: Ford.com

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